martes, 26 de abril de 2011

Las apariencias engañan

La obra de Daniela Campo, Mujeres de jabón, comienza con un rápido y demoledor pantallazo de la decadente y rutinaria vida de tres parejas y una mujer soltera, que viven en el mismo edificio de un entorno que se intuye urbano y posmoderno. Transformados en vouyers, los espectadores recorrerán los pisos para descubrir las historias que se esconden en los diminutos departamentos. En el tercer piso, Violeta será la primera en mostrarles la depresión que le genera su incondicional sometimiento a un hombre cuyo nombre y acciones lo emparentan con el amarillo Homero Simpson. En el sexto, Pitu se dejará ver contradictoria, un tanto histérica y dueña de una anorgasmia a prueba de balas, a pesar de las arremetidas de Mariano. Al pasar por el quinto, la autoestima femenina será recuperada para la platea por Carla, una joven soltera, pícara y despreocupada que está a punto de pasar una de las mejores noches de su vida, gracias a un atractivo morocho que conoció en un boliche. El viaje los llevará después al octavo piso, donde observarán a Naira naufragando junto a un marido adicto en recuperación y sin trabajo, pero aferrada a su rol contenedor y proveedor del hogar.





Los hechos, finalmente, los atraerán una vez más al departamento de Carla donde serán mudos testigos de lo que en realidad ha engendrado en el interior de estas mujeres tanta frustración y angustia contenida. El morocho, que en realidad es un taxi boy, terminará herido, atado y a merced de lo que estas cuatro damas son capaces de hacer cuando su interlocutor es un extraño que encima se encuentra con la guardia baja. Sin voces, ni puños que las puedan someter, criticar, rechazar o requerir desesperadamente, ellas darán rienda suelta a sus acciones más reprimidas, volcando en ese indefenso ser humano toda su ira, su excitación, su deseo y su amargura.
Mujeres de jabón por momentos agobia, no solo porque sus escenas de violencia se ven potenciadas por la cercanía del pequeño escenario con el público y por lo intimista y acogedora que resulta ser la sala John Lennon; sino porque, además, uno se transforma en parte de esa realidad que nos golpea día a día. Una realidad claramente representada en el texto de Daniela Campos por la desintegración que aqueja a las relaciones humanas en todos los ámbitos y por el reinado absoluto de las apariencias que engañan hasta que ya no se pueden mantener. 

Texto: Andrea Castro. 



Ficha Artística – Técnica:

Actores: Pilar Orellana | Nicolás Albamonte | Sheila Lemesoff | Marcelo Vacas | Esther Ramos | Alejandro Gibeli | Sol Bordigoni | Fabricio Mercado
Producción general: Pilar Orellana
Producción: Maximiliano Viltre
Escenografía: Ana Sarudiansky
Diseño de iluminación: Gonzalo Calcagno
Realización escenográfica: Leo Vogelmann
Violencia en escena: Alejandro Daneluz
Música original: Alejandro Daneluz-Martín Crespo
Voz en off: Silvina Lamorte
Diseño gráfico: Alejandro Gibeli
Prensa: Marisol Cambre
Autora y directora: Daniela Campos





Viernes 21:45 horas
Sala John Lennon (Paseo La Plaza)
Corrientes 1660 Capital Federal
Web: http://www.thecavernclub.com.ar/
Entrada: $50,00

1 comentario:

  1. Luis Manteiga Pousa18 de febrero de 2023, 15:53

    Efectivamente, las apariencias nos pueden engañar. Por eso, generalmente, no estoy de acuerdo con el dicho de que la primera impresión es la que cuenta.

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