martes, 27 de marzo de 2018

Recreando a Picasso

"El lenguaje visual abstracto de Picasso siempre me inspiró", confiesa el ilustrador iraní, Omar Aqil, quien ha versionado algunas de las obras del genial artista malagueño desarrollando el proyecto MIMIC, para dotar de volumen sus obras convirtiéndolas en esculturas en tres dimensiones. Teniendo en cuenta la revolución que el movimiento cubista produjo en el manejo clásico del espacio pictórico su idea no es para nada desacertada y además profundiza, con la ayuda de la tecnología actual, en la visión que Picasso pudo generar en su cabeza y plasmar de una manera casi escandalosa a lo largo de los primeros años del siglo XX. 


Cabeza de mujer 1939




Busto de mujer 1943




Figura negra 1948




Visage 1928


Buste de femme dans un fauteuil 1949




Seated woman 1930



Figura gris con sombrero blanco 1947



Monumento a la hispanidad



Composición 1946


The sailor 1938




Retrato de Dora Maar 1942




miércoles, 7 de marzo de 2018

Pasión por la libertad

Amordazadas, silenciadas, mutiladas, sin voz, ni voto. Pasan los siglos y las mujeres seguimos siendo las esclavas del mundo. Siempre pendientes del otro más que de nosotras mismas. Siempre rodeadas de prejuicios, críticas, exigencias, presiones, habladurías, maldades, privaciones. Siempre pendientes de frivolidades e imposturas que nos mandan desde afuera. El mandato, esa eterna cadena que nos ata a vivir cómo se supone que debemos vivir, a pensar cómo se supone que debemos pensar, a actuar cómo se supone que debemos actuar.





No es verdad que seamos libres, no es verdad que haya igualdad de derechos. No es verdad que trabajar adentro y afuera sea sinónimo de haber alcanzado un ideal. No es verdad que somos las únicas capaces de ocuparnos de las tareas cotidianas porque estamos programadas genéticamente para ello desde hace milenios. No es verdad que debemos vivir en un segundo plano para que ellos realicen sus sueños. No es verdad que no tenemos derecho a realizar nuestros sueños, sean cuales sean, cuesten lo que cuesten. Sí es verdad que las que se animan a ser libres, a quemar las velas y a vivir fuera de los estrictos moldes que nos impone nuestra sociedad sufren el escarnio, la crítica constante, la desautorización. Son miradas con suspicacia, son raras, son distintas. Son alejadas y apartadas.





La realidad es que a pesar del inmenso terreno que se ha ganado en estas décadas, las cosas no han cambiado para nada, sobre todo para las mujeres que viven en la extrema pobreza, pertenecen a sectores marginados, o a culturas en las cuales apenas se las considera un ser humano. Tampoco el panorama es muy alentador para las demás, mujeres profesionales e independientes siguen siendo esclavas de sus propias decisiones; siguen siendo las cuidadoras necesarias y, en el caso de no poder serlo, recurren a otra mujer para que las suplante; siguen siendo criticadas, maldecidas, presionadas y asesinadas. Nuestro futuro está perdido en un mar de palabras políticamente correctas, está encerrado por leyes y cupos que prometen pero no alcanzan, está atado a un botón antipánico, a una cuota alimentaria, a una ayuda que no debe ser calificada como tal si se comparte una casa. Nuestro futuro está en nuestras manos y hasta que no nos demos realmente cuenta de eso no va a cambiar, hasta que no accionemos en serio no va a cambiar, hasta que no nos saquemos las caretas y dejemos de ser hipócritas no va a cambiar. Hasta que este día se siga utilizando para ofrecer descuentos en las peluquerías y en las tiendas de ropa no va a cambiar.     

Texto: Andrea Castro. 
Cerámicas: Ferri Farahmand.