lunes, 27 de diciembre de 2010

La herencia olvidada

Las salas de Proa están en penumbras. Sus guías se cansan de repetir a los visitantes que esto se debe a la conservación de las piezas que integran la muestra: una razón muy válida si tenemos en cuenta que la mayoría de ellas son textiles del siglo XIX.  Este inconveniente, sin embargo, es la clave para crear un contexto perfecto e ideal, en el cual resuenan demasiadas ausencias. Porque, si la presencia de piezas es abrumadora, la casi total inexistencia de los hombres y mujeres que les dieron vida es brutal. Ya desde la primera sala, el excelente diseño expositivo de Luis Fernando Benedit, nos hace sentir dentro de un paraíso perdido, donde todo nos es ajeno pero, a la vez, cercano. Las acertadas proyecciones, las instalaciones, que incluyen metafóricos maniquíes negros, y la disposición de las originales vitrinas, nos acercan a la cultura de las Pampas, de una manera nueva y muy diferente a la que tradicionalmente utilizan los museos etnográficos. Las Pampas: Arte y Cultura en el Siglo XIX, es una exhibición para vivenciar y conocer en profundidad, no solo el  inmenso legado artístico y cultural de nuestros pueblos originarios sino, también, la estructura política, económica y social de los verdaderos dueños de estas tierras. Parece una obviedad, pero la revalorización y difusión del legado de nuestras culturas  originarias, generalmente opacado por la magnificencia de los grandes imperios americanos o fríamente analizado desde la perspectiva del hombre blanco que las diezmó, es mucho más que justa y necesaria. 


Vista sala 3



El primer espacio está dedicado a las mujeres de los caciques, cuyos sosías pueblan la sala luciendo sus mejores galas. Ataviados con el tradicional quetpám (paño cuadrangular a moda de vestido) y cubiertos con la iculla (tejido que cubre los hombros), ostentan, sobre el fondo renegrido de ambos tejidos, toda la belleza de su segundo ropaje: sus joyas o “prendas” de plata. Tocados, aros, gargantillas, collares, pinches y pectorales conformaban por aquel tiempo símbolos que daban cuenta del poder económico y del capital político de cada cacique. Pero también, transformaban a las mujeres en un instrumento sonoro, aumentando su belleza y fuerza seductora, sobre todo cuando se mecían sobre los caballos. A pesar de que las descripciones de los viajeros hablan de las interminables procesiones de las que participaban las mujeres de cada uno de los caciques, no debemos pensar en ellas como personas dignas de una posición privilegiada ya que, al igual que las cautivas y los niños, constituían la principal fuerza de trabajo. Ellas eran las constructoras y la base de la comunidad, tejían, cuidaban el ganado, armaban los toldos y hasta construían arados, entre otras numerosas tareas. Justamente es la segunda sala la que nos introduce en la vida cotidiana y política de estos pueblos, a través de sus objetos cotidianos entre los que se destacan los juguetes de los niños, los magníficos mantos tehuelches, las palas de telar hechas con costillas de ballena y las ubres y testículos del ganado bovino, utilizados para acarrear agua. El centro del espacio, dominado por un círculo de ponchos, emula el modo en el que se organizaban las asambleas y parlamentos y da escalofríos por la belleza de las prendas y por la energía que desprenden esas falsas almas allí reunidas. Empalmando con el siguiente espacio se comienza a desarrollar aquí el tema de la platería ecuestre: el adorno de sus caballos era, para el cacique, tan importante como el de sus mujeres Es muy interesante  la comparación que se realiza entre las estilizaciones del pehuén (araucaria) y del búho, que aparecen en algunas piezas, y las abstracciones naturalistas del  estilo Art Decó.    

Mujer Mapuche con sus joyas de plata
El Parlamento. Vista sala 2

La sala tres está reservada al caballo, ese animal extranjero que se hizo inseparable de sus nuevos amos y les permitió el desarrollo del comercio con el mundo criollo y, a la vez, la ostentación de un nuevo poder en la guerra. Sus cabezas enjoyadas nos miran desde las paredes reafirmando las palabras de Lucio V. Mansilla: “el caballo indio es único (…) creemos que las extraordinarias características del animal se debieron, en gran medida, al especial respeto que por él sentía el indio. Era antes que nada su amigo”.
La última sala nos sorprende con una ondulante sucesión de ponchos, frente a los cuales serpentean en el aire las fajas mapuches. El poncho, ese permanente y fiel acompañante en la inmensidad de las pampas, era una prenda masculina tejida por una mano femenina. Ponchos pampeanos, araucanos, pehuenches y ranqueles exhiben aquí sus  eternos colores y sus magníficos diseños (algunos de ellos parecen teñidos al batik) ganándole la partida a los austeros y tristes tejidos industriales ingleses. Resguardados tras un vidrio e impecables a pesar del paso del tiempo, se exhiben el poncho que le regalaron al General San Martín durante el cruce de los Andes, el que perteneció al cacique Calfucurá y el que Mariano Rosas le regalara a Lucio Mansilla, su propio poncho, el tejido por su mujer principal: “entre los indios un gaje de amor; como el anillo nupcial entre los cristianos”. 


El caballo. Vista sala 3
El poncho. Vista sala 4


Las Pampas es una muestra que emociona por el alto grado de simbolismo que demuestra su montaje, por las sensaciones encontradas que provoca tanto en los visitantes como en el personal del museo (una de las guías me confió que se sentía especialmente perturbada cuando caía la tarde y los caciques reunidos en el Parlamento de la segunda sala parecían cobrar vida a la luz de los últimos rayos del sol) y por la labor de algunos de nuestros artistas plásticos que pone en evidencia: es notable la cantidad y calidad  de las piezas cedidas por la Fundación García Uriburu.

Texto: Andrea Castro. 
Fotos: Cortesía Prensa Fundación Proa.

Vista sala 3

Hasta el 9/1/2011
Fundación Proa: Av. Pedro de Mendoza 1929
De martes a domingo de 11 a 19 horas
Entrada general $10

www.proa.org

martes, 21 de diciembre de 2010

Después de cinco años reabre el Mamba

Este jueves 23 de Diciembre, después de cinco años de interminables remodelaciones, reabre parte de sus nuevas instalaciones el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

En esta primera etapa, se habilitarán dos grandes salas de exposición, de un total de siete, que prometen albergar el importantísimo patrimonio de casi 7.000 obras de arte argentino e internacional de los siglos XX y XXI que posee el museo. A partir de este jueves el público podrá disfrutar de dos muestras: en la planta baja, con el título Narrativas inciertas, se ofrecerá un interesante panorama de obras, creadas para esta oportunidad, de reconocidos artistas jóvenes argentinos, como Sebastián Gordín, Leandro Herlich, Nicola Costantino, Dino Bruzzone; y en el primer piso se exhibirá El imaginario de Ignacio Pirovano, con obras de la destacada colección Pirovano, que atesora el museo, de referentes de la abstracción de nuestro país y del ámbito internacional, como Paul Klee, Julio Le Parc, Henri Matisse, Juan del Prete.




La cita  es a las 20 horas y el evento dará comienzo con una intervención artística proyectada sobre la fachada del edificio. 

Mamba: Avenida San Juan 350

domingo, 19 de diciembre de 2010

Nuevas obras integran el patrimonio del Malba

Desde el 16 de diciembre de 2010 hasta abril de 2011 en la Sala 1 (planta baja) del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, se pueden ver las nuevas obras que integran el patrimonio del Museo a través de adquisiciones, donaciones y comodatos.
La muestra presenta 44 obras, entre dibujos, pinturas, fotografías, esculturas, instalaciones, objetos, publicaciones y video, de los artistas Sergio Avello (con la especial adquisición del proyecto de la explanada Volumen), Adriana Bustos, Alejandro Cesarco,
Nicola Costantino, Guillermo Deisler, Facundo De Zuviría, Lucio Dorr, Alberto
Goldenstein, Víctor Grippo, Graciela Hasper, Magdalena Jitrik, Sameer Makarius, Liliana
Maresca, Matilde Marín, José Carlos Martinat, Juan Melé, Liliana Porter, Miguel Rothschild, Omar Schiliro, Rosana Schoijett, Alejandra Seeber y Horacio Zabala.

Fachada del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires



En siete años, el Programa de Adquisiciones ya permitió sumar al museo más de 300 obras de los principales exponentes del arte moderno y contemporáneo local y regional. El desafío hacia el futuro es comprometerse más activamente con la adquisición de obras de artistas latinoamericanos y focalizar la atención en determinados artistas argentinos, para mostrar el desarrollo en el tiempo de algunos referentes del arte local.
Desde 2004, Malba dio inicio a un Programa de Adquisiciones con el objetivo de ampliar la colección hacia el arte contemporáneo y completar su patrimonio histórico. El programa es financiado por la Fundación Costantini, la Asociación Amigos de Malba y un grupo de particulares, fundaciones y empresas que generosamente participa de la convocatoria.
A estos actores se suma, por sexta vez, la Feria de Galerías arteBA, que invitó a Malba a participar en su programa Matching Funds, patrocinado por la empresa Zurich. Este año, se compró la pintura Sin título (2009), de Graciela Hasper, exponente de la joven generación de artistas geométricos en la Argentina.
En ocasión de Buenos Aires Photo, la Fundación American Express se sumó -por cuarto año consecutivo- con la donación de las fotografías de Nicola Costantino, Autorretrato Nicola según Berni (2008), y Liliana Porter, Red with him [Rojo con él] (2005). Ambas piezas se suman al acervo de fotografía contemporánea argentina y refuerzan además la presencia de estas artistas argentinas en la colección permanente. En el marco de esta feria, también se compraron las fotografías Árbol de cuadros (2008) y Árbol de cuadros (2010) de la artista Magdalena Jitrik, gracias a una donación particular, y las fotografías de la artista Rosana Shoijett, generosa donación de Guillermo Navone.


Nicola Costantino. Autorretrato Nicola según Berni 2008
Rosana Schoijett. Silueta 2010

Este año se destaca, también, la adquisición de Volumen de Sergio Avello (artista fallecido recientemente), una obra diseñada especialmente para la explanada de Malba, con un juego de luces y sonidos que interactúan con la ciudad y el público. La obra fue comisionada a Sergio Avello en 2006 y adquirida en 2010 gracias al aporte de la Fundación Eduardo F. Costantini, que integra al patrimonio una pieza clave de la escultura urbana y el arte público. Siguiendo el Programa de comodatos iniciado en 2003, en esta ocasión se exhibe la escultura Sin título (1991), de Omar Schiliro, en su inconfundible combinación de objetos plásticos recolectados de la vida cotidiana y transformados en originales y llamativas lámparas.

Fotos: Cortesía Prensa Malba

Sergio Avello Volúmen 2006

Omar Schiliro.Obra en préstamo desde 2010

Hasta Abril de 2011
Malba: Avenida Figueroa Alcorta 3415 CABA
De jueves a lunes y feriados de 12:00 a 20:00. 

Miércoles hasta las 21:00.
Entrada: $20,00. Miércoles: $8,00

lunes, 13 de diciembre de 2010

El libro rojo de Carl G. Jung

El Miércoles 15 de diciembre a las 19:00 en el auditorio del Malba se estará presentando la edición en castellano del Libro Rojo de Carl Jung. Bernardo Nante, Leandro Pinkler y Francisco García Bazán dialogarán acerca de esta importante obra cuya edición castellana es publicada por primera vez para el mercado latinoamericano y europeo por el sello El hilo de Ariadna, para MALBA - Fundación Costantini.  Durante el evento también se presentará: El libro rojo de C. G. Jung. Claves para la comprensión de un libro inexplicable de Bernardo Nante, primer estudio a nivel mundial que realiza un comentario integral al enigmático libro del sabio suizo.

Carl Jung

Si bien se supo de su existencia por más de ochenta años, El libro rojo nunca fue publicado ni estuvo disponible para el amplio número de estudiosos y seguidores de Jung, ahora se publica en una edición facsímil completa con un estudio preliminar y notas de Sonu Shamdasani, destacado estudioso de Jung, y la versión castellana al cuidado de Bernardo Nante, reconocido investigador de C. G. Jung y sus fuentes. Este facsímil exacto de El libro rojo revela no sólo el trabajo de una mente extraordinaria sino también la mano de un talentoso artista y calígrafo. Intercaladas entre más de doscientas páginas iluminadas hay pinturas cuyas influencias oscilan desde Europa, el Medio y el Lejano Oriente, hasta el arte nativo americano. Esta publicación posibilita una nueva era en la comprensión de la obra de Jung y además arroja una nueva luz respecto de la recuperación de su alma y la constitución de una psicología. Se trata quizás de la obra inédita más influyente de la historia de la psicología. El libro rojo es único y su publicación es un hito fundamental tanto en términos artísticos como en relación al desarrollo de la vida y la obra de Jung.




En El libro rojo de C. G. Jung. Claves para la comprensión de un libro inexplicable, Bernardo Nante realiza un comentario integral al enigmático libro del sabio suizo que narra e ilustra sus fulgurantes y aterradoras visiones acaecidas entre los años 1913 y 1916. La obra, acompañada de numerosos esquemas e imágenes, facilita la lectura de un texto mercurial, cambiante y a menudo inasible. Cuando se ingresa a esta obra con la sola razón crítica, el texto resulta inexplicable. Cuando se deja la razón a un lado, el texto fascina y espanta, pero tal inmersión en su mar simbólico a menudo obnubila e intoxica. Para evitar estos dos extremos, esta obra, basándose en los criterios que El libro rojo sugiere, y a la luz de toda la obra de Jung y de sus fuentes, acompaña al lector en su travesía simbólica y lo adentra en su misterio.

El libro rojo de Carl G. Jung se encuentra a la venta en Tiendamalba.
Presentación: 15 de diciembre a las 19 hs con entrada libre y gratuita


viernes, 3 de diciembre de 2010

Conversando con Siqueiros

Este sábado a las 17 horas en el Auditorio de la Fundación Proa se estará presentando el libro “Conversando con Siqueiros”, de José Tcherkaski, quien integrará una mesa redonda junto a José Emilio Burucúa y José María Caula.




“Para mí, no hay ninguna diferencia entre el ser político y el ser creador en el arte. Ningún ser dotado artísticamente puede serlo si no es simultáneamente un ser político”, afirma David Alfaro Siqueiros en una entrevista realizada por el periodista y escritor José Tcherkaski en 1971, que se publica cuatro décadas más tarde en el libro Conversando con Siqueiros: “Ya pintaba en el vientre de mi madre”. En este diálogo -en el que “desnuda sus ideas sobre la condición humana”, según el autor, Siqueiros rememora una época agitada de su vida, la revolución precoz, anterior a todos los grandes acontecimientos del siglo XX, donde era inconcebible, en su opinión, el artista desligado de la política. El libro contiene esta entrevista memorable, la grabación de la conversación y una amplia compilación de cartas, fotos, conferencias del artista y poemas.
La publicación se encuentra a la venta en la  librería de la Fundación Proa.

Sábado 4 de diciembre - 17 hs.
Fundación Proa: Avenida Pedro de Mendoza 1929
La Boca. Caminito.

martes, 23 de noviembre de 2010

¡Arte, arte, arte......Marta Minujín invade el Malba!

El jueves 25 de Noviembre inaugura en el Malba – Fundación Costantini la que promete ser una de las muestras de fin de año: Marta Minujín. Obras 1959-1989. La retospectiva está integrada por más de  100 obras que hacen foco en su producción histórica de las décadas del 60, 70 y 80. Curada por Victoria Noorthoorn, la exposición invita al público a adentrarse en las obras y las acciones más y menos conocidas de la artista, realizadas tanto en Buenos Aires como en París y Nueva York, entre otras ciudades. “El objetivo principal de esta exposición es acercar al público la complejidad, coherencia, y densidad crítica de una obra que conocemos poco; y enfatizar su pertinencia contemporánea”, sostiene la curadora. 

Marta 2010 (Foto Matías Roth)

Marta en su estudio 2010

La exhibición se organiza, a grandes rasgos, de manera cronológica e incluye desde sus pinturas de 1959 y sus tempranas obras informales hasta sus ambientaciones multicolores de 1964 y 1965; desde sus trabajos sobre los medios de comunicación en 1966 hasta su experiencia hippie hacia 1968; desde sus óperas ficcionales en 1972 hasta sus proyectos de crítica sobre la realidad latinoamericana durante los tardíos años 70, para luego extenderse a sus proyectos de participación masiva. El diseño expositivo presenta un formato afín a la vorágine de la artista, con paneles curvos y diagonales que invitan a introducirnos en su laberinto creativo. Incluye obras pertenecientes a colecciones públicas y privadas, 20 proyecciones con registros fílmicos, la reconstrucción y recreación de obras históricas e importantes documentos del prolífico archivo de la artista.




Están representadas en ella, entre muchas otras,  sus obras más paradigmáticas: La destrucción (1963), ¡Revuélquese y viva! (1964), La Menesunda (1965), El Batacazo (1965), Simultaneidad en Simultaneidad (1966), Importación-Exportación (1968), Kidnappening (1973), The Soft Gallery (1973), Imago Flowing (1974), La academia del fracaso (1975), Comunicando con tierra (1976), El Obelisco de pan dulce (1979), El Partenón de libros -que realizó con títulos prohibidos durante la dictadura militar en 1983- y Operación Perfume (1987).  Malba también exhibe en su terraza una selección de esculturas producidas por la artista durante los últimos 20 años.  “En líneas generales, la exposición se concentra en la Minujín que no conocemos dadas las escasísimas exposiciones analíticas que se organizaron sobre su obra en nuestro país. Me refiero a las facetas relativas a una producción que además de libertad, vorágine, exceso y egocentrismo, se caracteriza también por su método, precisión, rigor, resistencia, generosidad y un fundamental espíritu crítico, todas cualidades que claramente han contribuido a conformar una producción de vanguardia tan variada como compleja y a constituir a Marta Minujín en una autogestora de proyectos artísticos como no ha visto la Argentina”, explica su curadora.


Colchones (París 1965). Archivo Marta Minujín

Importación Exportación. (Bs. As. 1968). Archivo Marta Minujín
 
Para acompañar la impresionante exposición Malba editó una importante publicación de 300 páginas, bilingüe español– inglés, con la reproducción color de las obras representadas; una introducción de Eduardo F. Costantini, fundador y Presidente de Malba; un ensayo curatorial a cargo de Victoria Noorthoorn (El vértigo de la creación), que dialoga con diversos textos elaborados por un equipo de investigación; una sección de obras, con textos de Jimena Ferreiro Pella; un cronología artística internacional, a cargo de Victoria Giraudo y, finalmente, la sección documentos que permite acceder a una selección de textos históricos. 



Actividades relacionadas con la exposición

- Encuentro con la artista y la curadora (a cargo de Marta Minujín y Victoria Noorthoorn)
Lunes 29 de noviembre a las 18:00 Auditorio. Entrada libre y gratuita. Las entradas se entregarán una hora antes del inicio de la actividad, hasta agotar capacidad de la sala.
- Visitas guiadas
Miércoles y viernes a las 17:00
Domingos a las 18:00

Del 26 de noviembre al 7 de febrero de 2011
Sala 5 (2º piso), sala 3 y terraza (1º piso)
Malba: Avenida Figueroa Alcorta 3415
Entrada general: $20 (miércoles: $8,00)
www.malba.org.ar

domingo, 31 de octubre de 2010

Humanidad y geometría son lo mismo

Con esta frase cerró Fabián Bianchi Lastra la impecable visita guiada que realizó a través de las obras que integraron la excelente muestra Geometría en el siglo XX en la Daimler Art Collection, que estuvo montada en el Malba hasta el 25 de octubre. Bianchi Lastra es diseñador industrial y docente de la UBA pero, fundamentalmente, ama la geometría; esto lo transforma en la persona ideal para recorrer, analizar  y comprender  este período tan particular de la historia reciente del arte. Se sabe, el arte abstracto no goza de la simpatía del público tanto como el figurativo, pero esconde un mundo nuevo, un paradigma de belleza diferente y significados que valen la pena descubrir. La curadora de la muestra, Renate Wiehager, tomó 100 obras de una de las colecciones corporativas más importantes y antiguas de Europa para narrar 100 años de historia del arte, dividiéndolas en cinco núcleos temáticos que mostraron el nacimiento y posterior desarrollo de la abstracción desde 1905 hasta nuestros días.



Fabián aclaró de entrada: “el arte abstracto es no representativo y no referencial del mundo exterior, es un arte que plantea nuevas apropiaciones intelectuales y sensibles de la forma y el espacio”. “El valor principal de estas obras tiene que ver con su polisemia, es decir con las múltiples lecturas e interpretaciones que pueden tener al no estar acotadas a un tema especifico. Sus autores privilegiaron la libertad de expresión e interpretación, al trabajar desde una inagotable experimentación, brindándonos la posibilidad de apreciar texturas, materialidades, laboriosas formas de construcción” y expresiones creativas profundamente relacionadas con su contexto histórico.
El recorrido comenzó por el modernismo clásico, donde se destacaron obras pertenecientes a la escuela de la Bauhaus, cuyo legado completo fue declarado por la Unesco Patrimonio de la humanidad, el constructivismo y el arte concreto. “Estos artistas han dejado obra material, un enorme trabajo, belleza, fruición y espiritualidad. Estaban comprometidos con su tiempo y sus ideas, fueron perseguidos, criticados,  denostados y pertenecieron a un período muy complejo de la cultura humana”. Su arte recompuso el espíritu, ellos plantearon posturas filosóficas y teosóficas respecto a lo que hacían, en medio del abismo social que se vivió a principios del siglo XX: “el arte es una investigación en el plano de lo ideal” decía Adolf Hölzer, autor que, la curadora de la muestra, rescata como el  primer antecedente de la Bauhaus.

Josef Albers .Structural constellation F-14  (1954)
©2010 The Josef and Anni Albers Foundation / SAVA, Buenos Aires

Josef Albers. Homage to the Square: Between 2 Scarlets (1962)
©2010 The Josef and Anni Albers Foundation / SAVA, Buenos Aires 

Aún hoy algunas personas se niegan obtusamente a llamar a estos trabajos obras de arte, por lo que se las comenzó a denominar expresiones artísticas a partir de las postulaciones que en los años 60 realizó el grupo Vanguardia Zero. El segundo núcleo de la muestra reúnió  la producción de los artistas que lo integraron y plantearon que para reformular el arte había que empezar de cero: “son obras muy diferentes pero todas critican el modo tradicional de entender la obra de arte y su forma de presentación, en particular lo estático y la convención de que hay un marco  que la contiene y a partir del cual transcurre”. A pesar de que el grupo reunió tendencias muy distintas, que pasan por el arte óptico, el arte cinético y el arte conceptual, siempre se mantuvo fiel a reflexionar sobre: “el tiempo en la obra, su modificación, su no estaticidad, la interrelación con el  observador que genera un nuevo tipo de apropiación intelectual y sensible por su parte, y el uso de materiales no convencionales y accesibles en relación a los utilizados en el arte tradicional”.
La tercera sección conceptual tenía que ver con el  desarrollo del minimalismo en Europa y América, una corriente potente, vinculada con el racionalismo, que se inició en 1957 en Nueva York a partir de un grupo de artistas que, luego de decretar la muerte del arte abstracto europeo, decidieron crear un arte nuevo con otros elementos, reduciendo al mínimo  todas las organizaciones de la forma en sus producciones artísticas. Este movimiento tuvo una gran expansión a todo el mundo y llegó hasta nuestros días manifestándose también en la arquitectura y el diseño en general. 

Julio Le Parc. Continuel Mobile (1966)
©2010 Julio Le Parc / ADAGP, Paris / SAVA, Buenos Aires
Mathieu Mercier.Drum and Bass 2 (2002)
©2010 Mathieu Mercier /BILD KUNST, Bonn/ SAVA, Buenos Aires 

 A partir de aquí nos empezamos a encontrar con obras que remitían al inicio de este largo camino o a algún artista en particular,  como si desde mediados y finales del siglo se mirara hacia atrás para volver a contar la historia del quiebre más importante que sufrió el arte a comienzos del mismo. Forma, línea y espacio era el último núcleo temático y cerraba el círculo con obras de artistas contemporáneos que basaron sus trabajos en estos tres elementos compositivos. “En la Bauhaus el estudio de los maestros clásicos era una costumbre, toda producción abstracta se hacía reconociendo el valor de las obras legadas por los grandes maestros, Hölsen daba clases de composición de los autores renacentistas y de estudio de perspectiva” Hoy se puede evocar la misma idea de perspectiva renacentista partiendo de una estética totalmente renovada, de una geometría y de un grado de abstracción totalmente diferentes. “La cultura humana reformula continuamente todo, reformula el conocimiento, reformula el arte (…) uno de los conocimientos más reformulados por el hombre es la geometría; pudimos ver sus diferentes usos en todas estas corrientes artísticas porque ella es una práctica intencional de la cultura humana”, concluyó Bianchi Lastra.


Pietro Sanguinetti
Sylvie Fleury. Formula one dress



Texto: Andrea Castro. 
Fotos: cortesía Prensa Malba

martes, 12 de octubre de 2010

"El arte pop como motor del diseño en la Argentina"

Este es el título de la charla con la que estaré presente en el Festival Internacional de Diseño, organizado por el Centro Metropolitano de Diseño de la Ciudad de Buenos Aires. Invitamos a diseñadores, estudiantes, artistas y público en general a compartir con nosotros esta nueva oportunidad para reflexionar sobre el origen del diseño en nuestro país, disfrutando de una charla amena, acompañada de una gran cantidad de imágenes.

Al Pop argentino se lo acusó durante mucho tiempo de importar una moda, un estilo y una ideología que no nos pertenecía, sin poder apreciar la originalidad y el sinfín de procesos creativos que generó tanto en el arte conceptual como en el desarrollo de las disciplinas de diseño que comenzaron a hacerse fuertes a partir de los años ochenta. Hoy la puesta en valor de los artistas que integraron el Instituto Di Tella nos permite acercar su legado a las nuevas generaciones.

 
Martes 26 de octubre de 18:30 a 20 horas
Fundación Honrar La Vida
Rivadavia 1356 CABA
Entrada libre y gratuita


martes, 5 de octubre de 2010

Invasión 68 Praga

La noche del 21 de agosto de 1968 los ejércitos de los países integrantes del Pacto de Varsovia invadieron la ciudad de Praga, terminando con el corto período de libertad política en Checoslovaquia, que fue conocido en el mundo con el nombre de Primavera de Praga. En medio de la confusión de la invasión liderada por los soviéticos, un joven de tan solo 30 años, Josef Koudelka salió a la calle para documentar ese momento crítico, retratando a un pueblo entero que se defendió con lo que pudo. 


Invasión 68 Praga en la Fundación OSDE, en el marco del Festival de la Luz 2010
La impresionante belleza de la ciudad se transformó, a través de su lente, en el telón de fondo ideal para enmarcar a miles de personas que, portando palos, ladrillos, troncos, sogas y banderas destruidas (pero banderas al fin) se enfrentaron a los tanques y a los soldados que de la noche a la mañana irrumpieron en su vida. A medida que la destrucción y el caos se apoderaron de la ciudad, los vecinos se organizaron para repartir los diarios a mano y pegar, en los monumentos y en los frentes de sus casas, dibujos y carteles de denuncia hechos  por ellos mismos. Cuando los rumores los alertaron sobre el comienzo de las detenciones, no se quedaron atrás y rompieron los carteles que indicaban los nombres de las calles y las numeraciones de las casas para despistar al enemigo.
En las imágenes tomadas por Koudelka los viejos lloran, los jóvenes levantan sus puños cerrados en alto y las mujeres intentan dialogar con los soldados;  pero todos, hasta los niños, rodean los inmensos tanques e impiden su paso. Las fotos son estremecedoras porque retratan tanto a los ciudadanos checos como a los enemigos, muchos de los cuales, miran directamente a la cámara en una postura desafiante. Solo unos pocos lucen abatidos, como si hubieran tomado conciencia de la grandeza de ese pueblo que se ha unido para defenderse con uñas y dientes.  Durante esa semana, en la cual el trajín y la rutina diaria se detuvieron completamente, Koudelka fue más allá y no dudó en subirse a un tanque ruso para poder fotografiar los hechos desde el punto de vista contrario, plasmando así, en toda su potencia y esplendor, la reacción del pueblo checo.



El trabajo febril de Koudelka no se limitó solamente a realizar las tomas ya que paralelamentefue revelando y copiando. Durante el mismo año, y gracias a un conservador del museo Smithsonian, las fotos  pudieron salir del país rumbo a Estados Unidos. Allí se presentaron como de autor desconocido hasta que en 1969 fueron publicadas por la Agencia Magnum bajo el pseudónimo PP (Prague Pothographer), para continuar resguardando a Koudelka (a pesar que estaba exiliado desde 1970)  y sobre todo a sus padres que continuaban viviendo en Checoslovaquia. Por su trabajo, ese fotógrafo anónimo recibió la Medalla de Oro Robert Capa y luego de 16 años, en 1984, pudo confesarle al mundo su verdadera identidad. Recién en 1990 las imágenes podrán ser publicadas en su país natal, siendo reconocidas como un testimonio invalorable de aquellos días.

 “Lo que retraté en Checoslovaquia fue parte de mi vida,  no fotografíe una guerra, sino mi país”.  Josef Koudelka





Texto: Andrea Castro. 

Copyright todas las imágenes: Josef Koudelka/Magnum Photos, de la muestra Invasión 68 Praga organizada por la Fundación Aperture y coproducida con Magnum Photos.

sábado, 2 de octubre de 2010

La historia de Tiffany & Co.

A pesar de haber dejado de ser la Capital de los Estados Unidos en 1790, la ciudad de New York era, hacia principios del siglo XIX, una de las más pujantes de dicha Nación. En la década de 1830 se convirtió en un centro financiero sin precedentes y en una fuente de oportunidades para cualquier visionario que transitara por sus estrechas callejuelas cada vez más atestadas de caballos y carruajes. Damas ricamente ataviadas, con ampulosos vestidos de seda y enormes sombreros, y caballeros de frac y galera, comenzaban a disponer de grandes cantidades de dinero para volcar en gustos cada vez más extravagantes. En 1837, un par de jóvenes veinteañeros, aprovecharon la oportunidad y se aventuraron a abrir una tienda de “papelería y artículos de lujo” en el número 259 de la calle Broadway: Tiffany & Young.  Charles Lewis Tiffany le pidió mil dólares prestados a su padre y junto a su cuñado John B. Young, comenzó a gestar un incipiente “estilo americano” que se alejaba cada vez más  de la exagerada opulencia del victorianismo europeo para buscar inspiración en la naturaleza. En el libro” Tiffany’s 20th Century,  A portrait of American Style” de John Loring, se cuenta que el  local abrió sus puertas el 21 de septiembre, recaudando la insólita suma de 4,98 dólares, y que las tarjetas de precios de los productos llevaban la leyenda “no negociable”.

Primer local del año 1837

Poco a poco sus exquisitos patrones llenos de simplicidad, armonía y claridad, que preanunciaban la llegada del Art Noveau, se fueron convirtiendo en sellos característicos del diseño Tiffany, primero en utensilios de mesa y accesorios en plata y más adelante en joyería. En 1867 la empresa recibe el Gran Premio por la calidad de su trabajo en plata en el marco de la Exposición Universal de París, convirtiéndose así en la primera casa de diseño estadounidense a la que un jurado extranjero le confiere dicho honor. Unos años más tarde Charles le compra a su socio la otra mitad del negocio y en 1870 la empresa se transforma en Tiffany & Co, se muda a la esquina de la calle 15 y Broadway, en Union Square y comienza a transformarse en la referencia absoluta del buen gusto, la elegancia y la sofisticación. Una de las primeras medidas que toma Charles en cuanto a sus diseños en plata es la de utilizar una proporción de 925 sobre 1000 (95% de plata pura y el resto de cobre), la misma, gracias a sus esfuerzos y negociaciones, será adoptada por el Congreso de los Estados Unidos como el estándar norteamericano para la plata sterling; demás está decir que la norma 925/1000 es utilizada hasta el día de hoy. Tiffany & Co se había convertido ya en el proveedor número uno de joyas, relojes y accesorios de lujo en los Estados Unidos y su estudio de plateríaera considerado como la primer escuela norteamericana de diseño. Al inicio del siglo veinte, la compañía contaba con más de 1000 empleados y sucursales en Londres, París y Ginebra; la fortuna personal de Charles Lewis Tiffany ascendía a 11 millones de dólares: “el  tenía absoluta fe en la idea de que todo lo que pasara en Tiffany & Co debería no sólo tener la más fina calidad en los materiales, sino que además debía deslumbrar con los mismos atributos en cuanto al diseño”. 

 Local de Union Square 1970 a 1905


 Interior del local




jueves, 23 de septiembre de 2010

Cursos de Historia de la Moda

Joyas que marcaron historia

Objetivos: Desentrañar los numerosos significados que se esconden tras una joya compuesta por determinadas piedras preciosas y con un diseño específico. Entender la relación y el simbolismo que unió a poderosas mujeres del siglo XX con sus alhajas, para aplicarlos en diseños contemporáneos.
Contenidos: El poder y el significado de la ornamentación. Grandes colecciones, grandes marcas, magníficos diseños para magníficas damas.  El significado de la joyería en la imagen de los personajes públicos Análisis de piezas famosas y altas casas de joyería: Cartier, Tiffany, Bulgari.
Duración: 1 mes (1 vez por semana 2 hs)
Docente: Andrea Castro



Breve Historia de la Lencería

Objetivos: Aprender a reconocer y manejar el lenguaje estético de épocas pasadas para poder incorporarlo a diseños contemporáneos. Profundizar en detalles históricos que permitirán realizar acertadas reconstrucciones y puestas de época.
Contenidos: Nacimiento y evolución de las tipologías interiores desde el Imperio Romano hasta nuestros días. Contexto histórico y social. Análisis de tipologías, paletas de color, textiles y elementos particulares por época histórica. Corsets y armazones de falda: de la tiranía a la sensualidad. El gran desarrollo de la lencería durante el siglo XX: del pudor a la funcionalidad. Análisis por década, principales marcas y diseñadores.
Duración: 2 meses (1 vez por semana 2 hs)
Docente: Andrea Castro

Informes: andreacastro20@gmail.com


La mirada de Picasso en la UNTREF

Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso fue un malagueño que tuvo unos ojos de fuego y una genialidad tal que lo convirtió en el más grande artista del siglo XX. Los ojos de Pablo Picasso tenían una mirada penetrante y reflexiva que se apoderaba de todo objeto o sujeto que pudiera satisfacer su voracidad creativa, cuando Picasso miraba, en realidad deseaba. Justamente es, “La mirada del deseo”,  una de las muestras más importantes del año,  que se alberga en la sede Caseros de la Universidad de Tres de Febrero hasta el próximo 30 de octubre. Gracias al Museo de la mencionada universidad (MUNTREF) y a la Fundación Pablo Ruiz Picasso-Casa Natal Málaga nos llega esta exhibición que, a partir de una selección de más de 60 obras sobre papel, nos propone un recorrido por diferentes momentos creativos y cronológicos de la producción del artista; algo que no se veía en la Argentina desde el año 1934.




“La mirada del deseo está organizada en ocho capítulos diferentes, a través de los cuales aparecen representados distintos estilos y lenguajes usuales en Picasso como el cubismo, el clasicismo y el surrealismo, junto a otros con expresiones de un cierto manierismo tardío. El hilo conductor es la representación del cuerpo humano y sus posibilidades estéticas, la mayoría de las veces, como no podía ser de otra forma en Picasso, los cuerpos femeninos son los protagonistas”, nos cuenta Lourdes Moreno Molina, curadora de la muestra y Directora de la Fundación Pablo Ruiz Picasso-Casa Natal. Del arte clásico al cubismo más salvaje, de la maestría académica en el dibujo a una visión primitiva y personal, de las técnicas más sencillas de grabado a las más estrafalarias podemos observar, a lo largo de las obras, el día a día del trabajo del artista.
El primer capítulo, “el cuerpo reconstruido” nos muestra el esplendor geométrico del cubismo y su maravillosa simplicidad absoluta;  en “los cuerpos creados”  aparece el cuadro dentro del cuadro para reflexionar  e intentar desentrañar el momento creativo en sí mismo; “los cuerpos observados” nos trae imágenes grotescas en las cuales la intimidad se transforma en espectáculo (se destaca su particular interpretación de El almuerzo sobre la hierba de Manet) y “la gloria del Mediterráneo” confirma que Picasso no olvida la herencia greco-romana que corre por sus venas, los bellos desnudos de cánones y proporciones equilibradas prueban con elocuencia que solo pudo romper escandalosamente con el arte académico porque lo dominaba a la perfección. 




La pasión que Pablo sentía por las mujeres se refleja claramente en los siguientes cuatro capítulos: en “el eterno femenino” se intenta explicar la presencia absoluta y dominante de este tema en su obra, y en “el deseo”,  el desnudo femenino se enmarca en una temática mucho más profunda aún que nos habla de la atracción entre los cuerpos, su unión y el éxtasis derivado de la misma. “La quietud secreta” hace foco en otro ámbito intimista y femenino, el harén, al cual tenemos acceso de la mano de la maestría del genio: la extensa serie Dos mujeres desnudas, en la que retrata enfrentadas a su ex  mujer Dora Maar y a su nueva esposa Françoise Gilot nos permite ver como Picasso experimenta con las formas, recorriendo el camino desde la figuración al cubismo en ambos cuerpos, mientras mantiene inalterable el  espacio cerrado entre biombos y cortinas que los contiene. Por último “los amores verdaderos” nos maravilla con los retratos de las mujeres a las que el maestro amó con intensidad, y a las cuales inmortalizó como a casi todos los aspectos de su vida: “la obra que se hace es como el diario de uno mismo”, Pablo Piscasso.




Texto: Andrea Castro. 
Fotos: ©Succession Picasso 2010
Cortesía Prensa Untref


Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero
Valentín Gómez 4828, Caseros frente a la estación
De martes a domingos de 11 a 20 horas. Visitas participativas: sábados 15:30 y 17 hs. Hasta el 30 de octubre. Entrada libre y gratuita

lunes, 13 de septiembre de 2010

Un concierto distinto


Mientras caía la tarde sobre la ciudad de Buenos Aires, la gente se comenzó a reunir en la esquina del Cabildo para disfrutar de un espectáculo inusual, cargado de simbolismos y muy movilizador. Por tercera vez el instrumentista y compositor Llorenc Barber coordinó a varios músicos voluntarios, instrumentistas y artistas invitados para realizar un imponente concierto de campanas en el casco histórico de nuestra ciudad.
La “orquesta” estuvo formada por 34 músicos campaneros, 7 directores de campanario, un director de fuegos, uno de sirena, diez percusionistas y 7 campaneros asistentes, que se distribuyeron en las 60 campanas que sonaron en los 15 campanarios de las once sedes elegidas. Junto a ciudades milenarias como Roma, Londres o Berlín, Buenos Aires es elegida por Barber, debido a esas joyas arquitectónicas que muchas veces nosotros mismos olvidamos poseer. Ayer se lucieron, entre muchas más, las antiguas campanas de San Ignacio de Loyola, los cinco bronces españoles del convento de San Francisco, los claros agudos del pequeño Carrillón de la Casa de la Cultura, la potente y antiquísima campana del Cabildo y sus homónimas francesas, que desde el año 1806 reposan en el Convento de San Juan Bautista. También participaron el Reloj de la Legislatura y el Carrillón más grande de América Latina, ubicado en la terraza de la ya mencionada Legislatura porteña, con sus 30 campanas alemanas que se ejecutan desde un teclado, y la sirena de la Casa de la Cultura, magníficamente manejada por el gran Gillespi.




115.000 personas se acercaron en perfecto orden para disfrutar de este regalo, algunos caminaron sin cesar, (es liberador poder desplazarse por los espacios que en general están dominados por la locura del tránsito porteño), otros miraron las pantallas que mostraron de cerca la ardua tarea de los músicos, y la mayoría se mantuvo expectante, escuchando el diálogo maravilloso de  metales que tienen más de cien años, con la vista clavada en lo alto de los campanarios. El apoteótico final llegó con todas las campanas sonando a pleno, junto a la sirena y a una lluvia de fuegos artificiales, que nos inundó el alma. La gente vivó y aplaudió agradecida y los músicos se abrazaron felices en las altas torres. Mientras caminaba por Avenida de Mayo, con el pecho todavía retumbando por la bacanal de sonidos y explosiones, una apareja de jóvenes turistas me preguntó muy amablemente que estaba pasando,  en dos o tres palabras les expliqué lo que había sido el evento pero, al retomar mi camino, no pude más que sincerarme conmigo misma y descubrir que era lo que realmente me había sucedido durante esa hora de mi vida. Miles de pensamientos y sensaciones afloraron a mi conciencia en ese momento: orgullo por haber nacido en esta ciudad maravillosa, tranquilidad, porque a pesar de todo lo terrible que hemos vivido como país, nunca esa sirena tuvo que sonar anunciando un bombardeo extranjero, felicidad por haber compartido junto a miles de extraños ese momento y liberación al exorcizar, al menos por un rato, todo lo que cotidianamente nos arrastra a la mediocridad, obligándonos a enterrar nuestras ilusiones.  



Texto: Andrea Castro. 
Imágenes: Gentileza Clarín y La Nación