Con esta frase cerró Fabián Bianchi Lastra la impecable visita guiada que realizó a través de las obras que integraron la excelente muestra Geometría en el siglo XX en la Daimler Art Collection, que estuvo montada en el Malba hasta el 25 de octubre. Bianchi Lastra es diseñador industrial y docente de la UBA pero, fundamentalmente, ama la geometría; esto lo transforma en la persona ideal para recorrer, analizar y comprender este período tan particular de la historia reciente del arte. Se sabe, el arte abstracto no goza de la simpatía del público tanto como el figurativo, pero esconde un mundo nuevo, un paradigma de belleza diferente y significados que valen la pena descubrir. La curadora de la muestra, Renate Wiehager, tomó 100 obras de una de las colecciones corporativas más importantes y antiguas de Europa para narrar 100 años de historia del arte, dividiéndolas en cinco núcleos temáticos que mostraron el nacimiento y posterior desarrollo de la abstracción desde 1905 hasta nuestros días.
Fabián aclaró de entrada: “el arte abstracto es no representativo y no referencial del mundo exterior, es un arte que plantea nuevas apropiaciones intelectuales y sensibles de la forma y el espacio”. “El valor principal de estas obras tiene que ver con su polisemia, es decir con las múltiples lecturas e interpretaciones que pueden tener al no estar acotadas a un tema especifico. Sus autores privilegiaron la libertad de expresión e interpretación, al trabajar desde una inagotable experimentación, brindándonos la posibilidad de apreciar texturas, materialidades, laboriosas formas de construcción” y expresiones creativas profundamente relacionadas con su contexto histórico.
El recorrido comenzó por el modernismo clásico, donde se destacaron obras pertenecientes a la escuela de la Bauhaus, cuyo legado completo fue declarado por la Unesco Patrimonio de la humanidad, el constructivismo y el arte concreto. “Estos artistas han dejado obra material, un enorme trabajo, belleza, fruición y espiritualidad. Estaban comprometidos con su tiempo y sus ideas, fueron perseguidos, criticados, denostados y pertenecieron a un período muy complejo de la cultura humana”. Su arte recompuso el espíritu, ellos plantearon posturas filosóficas y teosóficas respecto a lo que hacían, en medio del abismo social que se vivió a principios del siglo XX: “el arte es una investigación en el plano de lo ideal” decía Adolf Hölzer, autor que, la curadora de la muestra, rescata como el primer antecedente de la Bauhaus.
Josef Albers .Structural constellation F-14 (1954) ©2010 The Josef and Anni Albers Foundation / SAVA, Buenos Aires |
Josef Albers. Homage to the Square: Between 2 Scarlets (1962) ©2010 The Josef and Anni Albers Foundation / SAVA, Buenos Aires |
Aún hoy algunas personas se niegan obtusamente a llamar a estos trabajos obras de arte, por lo que se las comenzó a denominar expresiones artísticas a partir de las postulaciones que en los años 60 realizó el grupo Vanguardia Zero. El segundo núcleo de la muestra reúnió la producción de los artistas que lo integraron y plantearon que para reformular el arte había que empezar de cero: “son obras muy diferentes pero todas critican el modo tradicional de entender la obra de arte y su forma de presentación, en particular lo estático y la convención de que hay un marco que la contiene y a partir del cual transcurre”. A pesar de que el grupo reunió tendencias muy distintas, que pasan por el arte óptico, el arte cinético y el arte conceptual, siempre se mantuvo fiel a reflexionar sobre: “el tiempo en la obra, su modificación, su no estaticidad, la interrelación con el observador que genera un nuevo tipo de apropiación intelectual y sensible por su parte, y el uso de materiales no convencionales y accesibles en relación a los utilizados en el arte tradicional”.
La tercera sección conceptual tenía que ver con el desarrollo del minimalismo en Europa y América, una corriente potente, vinculada con el racionalismo, que se inició en 1957 en Nueva York a partir de un grupo de artistas que, luego de decretar la muerte del arte abstracto europeo, decidieron crear un arte nuevo con otros elementos, reduciendo al mínimo todas las organizaciones de la forma en sus producciones artísticas. Este movimiento tuvo una gran expansión a todo el mundo y llegó hasta nuestros días manifestándose también en la arquitectura y el diseño en general.
Julio Le Parc. Continuel Mobile (1966) ©2010 Julio Le Parc / ADAGP, Paris / SAVA, Buenos Aires |
Mathieu Mercier.Drum and Bass 2 (2002) ©2010 Mathieu Mercier /BILD KUNST, Bonn/ SAVA, Buenos Aires |
A partir de aquí nos empezamos a encontrar con obras que remitían al inicio de este largo camino o a algún artista en particular, como si desde mediados y finales del siglo se mirara hacia atrás para volver a contar la historia del quiebre más importante que sufrió el arte a comienzos del mismo. Forma, línea y espacio era el último núcleo temático y cerraba el círculo con obras de artistas contemporáneos que basaron sus trabajos en estos tres elementos compositivos. “En la Bauhaus el estudio de los maestros clásicos era una costumbre, toda producción abstracta se hacía reconociendo el valor de las obras legadas por los grandes maestros, Hölsen daba clases de composición de los autores renacentistas y de estudio de perspectiva” Hoy se puede evocar la misma idea de perspectiva renacentista partiendo de una estética totalmente renovada, de una geometría y de un grado de abstracción totalmente diferentes. “La cultura humana reformula continuamente todo, reformula el conocimiento, reformula el arte (…) uno de los conocimientos más reformulados por el hombre es la geometría; pudimos ver sus diferentes usos en todas estas corrientes artísticas porque ella es una práctica intencional de la cultura humana”, concluyó Bianchi Lastra.
Pietro Sanguinetti |
Sylvie Fleury. Formula one dress |
Texto: Andrea Castro.
Fotos: cortesía Prensa Malba
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