jueves, 31 de octubre de 2013

Fotorreportaje: Homenaje a León Ferrari












La civilización Occidental y Cristiana obra de León Ferrari expuesta en la Fundación Proa en el  marco de la muestra Pop, realismos y política, Brasil-Argentina 1960 en el año 2012.

Fotos: Andrea Castro. 

lunes, 7 de octubre de 2013

Inauguración de la muestra "Eros impulso sagrado"

El miércoles 9 de octubre a las 19:30 hs. en el espacio de arte del Restaurante afrodisíaco Te Mataré Ramírez, ubicado en Gorriti 5054 (Palermo Soho), se inaugurará la muestra “Eros impulso sagrado” integrada por obras de la artista Noelia Navarro. La exhibición, curada por la Arqta. Alejandra Tejeira, estará abierta al público hasta principios de noviembre de lunes a domingo a partir de las 20:30 horas con acceso libre y gratuito. 


Alas del deseo

Chica en el agua


Niña Quetzal

Lady in red

La sutileza de la obra de Noelia Navarro nos transporta a un universo erótico de ensueño, que por momentos hasta nos puede resultar casi naif
Sus fluidas ninfas prometen regalarnos un placer sereno, manso e hipnótico, pero potente y exultante a la vez.
En medio del cotidiano bombardeo mediático de banalidades sexuales y corporalidades por demás exuberantes que se codean con lo vulgar, la obra de Noelia se transforma en un oasis que nos recuerda que el erotismo, la sensualidad y el placer también pueden relacionarse con la delicadeza, la ternura y la suavidad extremas. Esas mujeres, de largos y ondulados cabellos, esperan a sus hombres con una actitud desinhibida pero serena, pletórica y rica de una femineidad mágica que las transforma en excepcional objeto de deseo. 
Andrea Castro. 


Enjoy the silence


Lady in red II

Red Pantys
Acerca de Noelia Navarro
Nacida en Tucumán, Argentina.
Vive en la ciudad de Rosario – Santa Fe desde 2001
Licenciada en Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario, esta es su primera muestra en la Ciudad de Buenos Aires. 

Sea en sus pinturas como en sus dibujos las figuras femeninas de Noelia Navarro parecen emergen a veces en forma tentativa y otras de manera más rotunda de un indiferenciado origen y centro acuático. En algunas de ellas, la rotundidad de las formas parece pugnar con los bordes de los marcos respectivos donde nuevamente algo parece comenzar a moverse, a dirigirse  hacia la vida.
Como ha dicho con su habitual claridad Mircea Eliade “Podríamos decir en síntesis que las aguas simbolizan la totalidad de las virtualidades, sonfons et origo, matriz de todas las posibilidades de existencia”
Por cierto la femineidad que manifiesta la obra de Noelia Navarro no es una de carácter agresivo ni reivindicativo. Sus figuras no parecen venir a reclamar nada, precisamente porque ya lo tienen, ya poseen su cualidad particular. Aquello que Gerald Manley Hopkins, llamara “inscape”. Esa inclaudicable chispa vital interior que las hace únicas y cuya forma de manifestación es un shock, el estallido de un instante fugaz, pero que la pintura de Noelia Navarro busca y consigue detener en su particular belleza. 
Ángel Faretta


I touch my self

La gorda y el viento

Lady Monroe

Pañuelo blanco
"Eros un impulso sagrado”
Impulso de vida que nos mueve al ritmo del viento de una tormenta, 
Deseo sagrado que nace de una mujer y se brinda estrepitosa como el agua de lluvia. 
Una mujer que despliega sus alas de quetzal para volar libre, para amar intensa. 
Una mujer narciso, enamorada de su propia magia,
una mujer beso, beso de amor, beso de buenas noches, 
una mujer danzante, que es una, que es dos, que va al son de rituales ancestrales.
Deseo sagrado de una mujer diosa de mares, de aguas dulces, aguas profundas. 



La caricia de Baco

Lilith

Niña Quetzal II


Inauguración: miércoles 9 de octubre a las 19:30 horas
Exhibición: de lunes a domingo a partir de las 20:30 hs.
Te mataré Ramírez: Gorriti 5054 – CABA. Entrada libre y gratuita








domingo, 7 de julio de 2013

Yayoi – Louise, Louise – Yayoi

Con un par de años de diferencia han llegado a Buenos Aires dos muestras de arte con una gran carga psicológica y de análisis en cada una de sus obras. En 2011 la Fundación Proa logró conmovernos con el montaje del “Retorno de lo Reprimido”, la cruda e imponente muestra de Louise Bourgeois. Hoy, el MALBA, nos permite adentrarnos en la “Obsesión Infinita” de Yayoi Kusama, logrando aturdir nuestros sentidos con su personal universo plástico. Sin entrar en comparaciones banales, que lo único que lograrían es minimizar la grandeza de ambas artistas, resulta interesante poder reflexionar sobre algunas similitudes y diferencias entre la vida y la obra de estas dos mujeres que lograron sobrevivir a su infierno personal gracias al arte. 


Kusama en 1936

Louise con su madre

A pesar de haber tenido algunos intentos de suicidio Bourgeois vivió hasta los 99 años y nunca dejó de trabajar en sus obras a pesar de su avanzada edad. Por su parte, Kusama ha declarado que pensó en matarse desde pequeña, pero actualmente, y a los 84 años, sigue creando todos los días internada por propia voluntad en un neuropsiquiátrico. Las dos recorrieron un camino multidiciplinario a lo largo de sus vidas y fueron reconocidas tardíamente por el mundo del arte: el interés por la obra de Louise llegó a su apogeo en los años noventa y Yayoi comenzó a ser reconocida mundialmente en los últimos diez años. 
Pertenecientes a culturas diametralmente opuestas, las dos fueron marcadas desde niñas por un trauma profundo que involucró a sus progenitores y a una sexualidad que se reveló a sus ojos de una manera brutal. Louise fue testigo de los amoríos que mantuvo su padre con su niñera, la cual convivía en la misma casa con el resto de su familia. Además, tuvo que soportar la pasividad de su madre ante lo que era un secreto a voces y las permanentes recriminaciones de su padre que siempre le recordaba cuanto había anhelado que ella, como primogénita, hubiera nacido varón. Yayoi, en un contexto completamente diferente, era enviada por su madre a espiar a su padre, cuando este alternaba con geishas. Al retornar, la niña debía relatarle a su mamá, con lujo de detalles, las escenas sexuales que había contemplado entre ambos amantes furtivos. No es de extrañar que el sexo y particularmente el falo masculino aparezcan fuertemente en la obra de ambas artistas. 
En el caso de Louise la crudeza de sus parejas de trapo mutiladas y acostadas tiesamente emulando una   representación fría, cruel y mecánica del acto sexual, nos hablan a las claras de dominación, de obligación y  de deber marital soportado. En ellas no hay acercamiento ni placer solo una función biológica cumplida a rajatabla. En cambio, los que lucen poderosos, imponentes y casi endiosados, son sus enormes penes, representados a la perfección en materiales nobles y contundentes como el bronce y el mármol. Los críticos de arte coinciden en que su obra “Jano florido” (dos penes unidos por una especie de centro vaginal rugoso) se puede considerar un auténtico autorretrato: Louise se apropia de ese órgano que le fue negado, para desgracia de su padre, y de él saca su extraordinaria fortaleza para sobrevivir y crear un cuerpo de obra impensado para una mujer de su tiempo.    
Los falos de Yayoi, contrariamente, son deformes, flácidos y blandos. Cubren sus obras por centenares, repitiéndose compulsivamente sobre objetos cotidianos o alfombrando el piso  estampados de lunares rojos. Kusama exorciza así su presencia y su potencia, minimizando su imagen real y coincidiendo con sus dichos, ya que ha declarado que la sola idea de un pene penetrando su cuerpo le produce horror. 


Jano Florido

Instalación de Kusama en MALBA

El cuerpo femenino también aparece en la obra tanto de la francesa como de la japonesa. Louise lo relaciona con la maternidad, con la sangre y con la teta, esa fuente de alimento y placer, pero también de ahogo, sobreprotección y sometimiento. Contrariamente a lo que pueda suponerse, estas obras tampoco son tranquilizadoras, por llamarlas de alguna manera, y muchos menos están relacionadas con los clásicos estereotipos del mundo femenino. Si bien Louise se casó y tuvo dos hijos, no fue por ese camino por el que encontró algo de paz a sus conflictos, solo el psicoanálisis perpetuo y la catarsis que logró al volcar sus contenidos subconscientes más profundos tanto en su obra como en sus escritos, pudieron alejarla de la muerte por casi 100 años. Kusama, a diferencia de Louise puso su propio cuerpo a disposición de sus obras, cuando, huyendo de su infierno interior, se refugió por quince años en Nueva York. Llegó a principios de los años 60, el momento justo para dar rienda suelta a sus demonios y lucir a flor de piel algunas de las alucinaciones que durante años atormentaron su cabeza. Desnuda y cubierta de lunares pintados, se unió a los happenings y performances que pululaban por toda la ciudad y se transformó en un personaje “mediático” más, comenzando a crear lo que será su autobiografía visual controlada al igual que Andy Warhol. Paradójicamente este momento de gran exposición, que incluyó también al mundo de la moda, coincidió con el comienzo de la etapa de su obra denominada autoborramiento.  


Obras de Louise Bourgeois

Happenings y performances de Yayoi



Los documentos fotográficos que tenemos de ambas artistas son elocuentes y no dejan dudas de que las dos lograron escandalizar al establishment del arte aunque desde lugares muy distintos. Bourgeois puede verse con blusa, falda larga y perlo recogido, trabajando alejada del mundo en su taller y rodeada de penes gigantes o, ya anciana, sosteniendo un falo enorme, sonriente y con una pícara mirada que hace pensar en ella como una abuela traviesa y desprejuiciada. Yayoi se muestra en Nueva York desnuda y revolcada en el piso junto a hombres y mujeres cubiertos de lunares y en plena bacanal, o formando parte de algunas de las más delirantes performances  de la década. 
El comienzo de la vejez invirtió las cosas para estas dos damas. A Louise le llegó el momento de las retrospectivas, las fotos con personajes del arte y la cultura y el reconocimiento a nivel mundial.  La francesa salía por fin del aislamiento y se enfrentaba a su público sostenida por años de psicoanálisis, escritos y obras que nunca dejaron de fluir de sus manos y de su cabeza. A Yayoi, contrariamente, le llegó el momento de transformar casi en realidad su autoborramiento y, como nunca había dejado de ser una mujer japonesa, decidió retornar a su país e internarse en un neuropsiquiátrico. Allí continúa hasta hoy en día creando compulsivamente en su estudio con la colaboración de sus ayudantes: Yayoi pinta todo el día desde que se levanta y termina una obra cada dos o tres días. Cientos de bastidores se amontonan en su taller, cuadros abarrotados de colores y elementos en donde no hay un mínimo espacio libre, cuadros que son  tan herméticos como un haiku japonés.



Louise trabajando en su estudio
Performance de Kusama

Es imposible saber si estas dos mujeres han encontrado algún momento de remanso en sus agitadas mentes. Quizás, de haberlo hecho, hubieran caído indefectiblemente en la mediocridad. Sin embargo, sus obras tardías muestran una evolución conceptual que parece nacida de ese remanso que tal vez solo sea una utopía, pero que no se siente tan así al enfrentarse a sus trabajos. En el caso de Louise la obra paradigmática es Maman, la serie de enormes arañas con sus panzas repletas de huevos que simbolizan un especial reconocimiento y, quizás, un principio de reconciliación con su madre. Si bien a simple vista Maman luce aterradora, la sensación de paz y de protección que uno experimenta al ubicarse debajo de sus gigantescas patas es indescriptible. 



Maman



Kusama, por su parte, ha logrado transformar esos espacios cotidianos borrados por cientos de lunares en un espacio propio y a la vez universal. Su serie de obras Sala de espejos del infinito, plena del brillo de la vida, son el todo y la nada en sí mismas. Son el universo entero con sus millones de estrellas, son los millares de átomos que conforman nuestros cuerpos, nuestra alma, nuestro mundo, nuestra vida entera. Son un homenaje fulgurante y perfecto a todo lo que somos y hemos sido por cientos de millones de años de aquí al infinito.    

Texto: Andrea Castro.  

Sala de espejos del infinito. Plena del brillo de la vida 


viernes, 28 de junio de 2013

Yayoi Kusama llega al MALBA

Obsesión infinita.

El próximo sábado 29 de junio, Malba – Fundación Costantini inaugura Yayoi Kusama. Obsesión infinita, primera muestra retrospectiva en América Latina de la mayor artista japonesa viva. Organizada en colaboración con el estudio de la artista, la exposición presenta un recorrido exhaustivo a través de más de 100 obras creadas entre 1950 y 2013, que incluyen pinturas, trabajos en papel, esculturas, videos, slideshows e instalaciones. Curada por Philip Larratt-Smith (Vice Curador en Jefe, Malba, Buenos Aires) y Frances Morris (jefa de colecciones internacionales de Tate Modern, Londres, y curadora de la retrospectiva de Kusama en esa institución), la exposición presenta la trayectoria de esta artista que va desde el ámbito privado a la esfera pública, desde la pintura a la performance, del estudio a la calle. 


Yayoi 2011

Para Francis Morris, el arte de Kusama se ha reinventado repetidas veces, una evolución unificada alrededor de la fuerza de su imagen pública. “Kusama –empeñada siempre en la autopromoción– ha hecho de su extraordinaria figura pública, y de su inmediatamente reconocible marca de estilo, un producto atractivo para el público de todo el mundo”, afirma la curadora. Yayoi Kusama. Obsesión infinita incluye las series más importantes de sus casi seis décadas de producción artística. Se destacan sus Infinity Nets (Redes infinitas) de los años 50 y las Accumulations sculptures (Esculturas de acumulación), sus performances y happenings neoyorquinos de los años 60, presentes en series como Self-Obliteration (Autoborramiento), y sus pinturas e instalaciones recientes, como I’m Here, but Nothing (Estoy aquí, pero nada, 2000-2013), Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life (Sala de espejos del infinito - Plena del brillo de la vida, 2011) y The Obliteration Room (La habitación del borramiento, 2002-2013), cuarto blanco que el público intervendrá con lunares de colores a lo largo de la muestra.


Happening Explosión Anatómica 1968

La habitación del borramiento 2010

También se presenta una intervención con sus icónicos lunares rojos sobre la fachada de Malba y sobre un conjunto de árboles de la Avenida Figueroa Alcorta. “Sus instalaciones recientes son a la vez instancias de cambio y vuelta: un cambio respecto de las prácticas de estudio de los 80 y una vuelta a las experiencias cruciales de los 60. La trama que los conecta es firme, pero, mientras que las instalaciones y las performances tempranas, tal como las caracterizó la crítica, eran más bien solitarias, alienantes y psicológicamente cargadas, sus obras ambientales más recientes son espacios sociales en los que los espectadores dicen experimentar placer e incluso una sensación de trascendencia”, explica Frances Morris. En palabras de Philip Larratt-Smith: “Kusama sufre la enfermedad del verdadero artista. Es decir, de la artista como adicta al suicidio, cuya necesidad compulsiva de convertirse y convertir su vida en una obra de arte conjura el miedo a la muerte y a la desintegración psíquica, y le asegura la inmortalidad. La peculiar condición que la ha llevado a sufrir durante toda su vida, la ha empujado a un mundo simbólico creado por ella. Ha concebido espacios que nos permiten experimentar los contradictorios mecanismos que se funden en su inconsciente”, explica.


Vereda del MALBA

El mundo de Yayoi Kusama

Yayoi Kusama nació en Matsumoto, Japón, en 1929. Después de un poético conjunto de obras semi-abstractas en papel que marcaron sus comienzos en los años 40, creó la célebre serie Infinity Net a fines de los 50 y comienzos de los 60. Estas obras originalísimas se caracterizan por la repetición obsesiva de pequeños arcos de pintura que se acumulan en grandes superficies siguiendo patrones rítmicos. El traslado de Kusama a Nueva York en 1957, donde conoció a Donald Judd, Andy Warhol, Claes Oldenburg y Joseph Cornell, marcó un hito en su carrera artística. De la práctica pictórica pasó a las esculturas blandas conocidas como Accumulations (Acumulaciones) y luego a performances en vivo y happenings, claros exponentes de la cultura alternativa neoyorquina con los que ganó reconocimiento y notoriedad en la escena artística local. 


Una de las salas del MALBA

En 1973 volvió a Japón y en 1977 se instaló voluntariamente en una clínica psiquiátrica, en la que reside desde entonces. A la marcada peculiaridad psicológica de su obra, se suma un amplio espectro de innovaciones formales y reinvenciones que le permiten a la artista compartir con un público amplio su singular visión, a través de los infinitos espacios espejados y las superficies obsesivamente cubiertas de puntos que le han dado fama internacional. En obras más recientes, Kusama ha recuperado el contacto con sus instintos más radicales en instalaciones envolventes y piezas que invitan a la colaboración, obras que la han convertido en la artista viva más célebre de Japón. “Sus públicos más fieles y otros desprevenidos han visto cómo sus puntos coloridos colonizan las calles, cómo cubren los ómnibus de Matsumoto, las vallas de obras en construcción en Manhattan, troncos de árboles en el Southbank de Londres o la fachada de Malba en Buenos Aires. Llegan sin aviso por las noches, como los tags de los grafiteros, para transformar a su manera nuestras ciudades, convertidas en el mundo de Kusama”, cuenta Frances Morris.


Espejos del infinito - Campo de falos 1965

Autoborramiento 1967

Yayoi Kusama. Obsesión infinita consolida la posición de Malba como líder regional en la organización de exposiciones internacionales de las figuras más importantes e influyentes del arte de posguerra y contemporáneo, y reafirma su compromiso como plataforma curatorial original y desafiante.



Estoy aquí, pero nada 2000

Del 30 de junio al 16 de septiembre
Inauguración: sábado 29 de junio a las 19:00.
Sala 5 (2º piso), sala 1 (planta baja) y fachada
Curadores: Philip Larratt-Smith y Frances Morris
MALBA: Avenida Figueroa Alcorta 3415. 

lunes, 1 de abril de 2013

Nuevo curso en el Museo de la Mujer: Arte y Moda


La moda es un fenómeno social, un espejo de los tiempos y un medio por el cual se expresan las ideas, los paradigmas y los fenómenos culturales de las diferentes épocas históricas. Es cierto que la moda estuvo desde siempre al servicio de ricos y poderosos, marcando diferencias de roles y clases. También está claro que, a lo largo de los siglos, ha funcionado como una jaula de oro para los cuerpos femeninos que se vieron sometidos a toda clase de torturas en pos de los caprichos de dogmas religiosos, leyes monárquicas y palabras santas pronunciadas por diseñadores. Pero no podemos ignorar que durante el siglo XX muchos maestros del diseño, entre los que se destacan las primeras mujeres que triunfaron en este paradójico mundo de hombres, buscaron cambiar las cosas inspirándose en el arte, esa disciplina que de pronto se había vuelto rebelde y estaba  comenzando a echar por tierra todos los paradigmas que durante siglos había establecido la Academia. 




Objetivos:

• A través del análisis del trabajo de los diseñadores que se inspiraron en obras, artistas y movimientos plásticos trascendentales del siglo XX, reconocer los avances en materia de diseño que posibilitaron comenzar a recorrer el largo camino hacia la funcionalidad en la indumentaria femenina. 
• Visualizar las diversas expresiones artísticas contemporáneas como una fuente más de inspiración para potenciar el propio proceso creativo y sumar valor agregado a cada uno de nuestros diseños. 


CHANEL

SONIA  DELAUNAY

MADAME GRÉS
Contenidos:

• Cocó Chanel: un cuerpo  funcional y minimalista. La elegancia y la sobriedad de sus prendas relacionadas con el cubismo y el nacimiento del arte abstracto. 
• Sonia Delaunay: un cuerpo geométrico y vibrante de color. Sus vestidos simultáneos y sus diseños textiles basados en el orfismo.  
• Madeleine Vionnet y Madame Grés: un cuerpo neoclásico. El corte al bies y las prendas sin costuras inspiradas en la Grecia Clásica.
• Elsa Schiaparelli un cuerpo surrealista. Entre el escándalo, la imaginación llevada al extremo y la gran influencia de Salvador Dalí. El paralelismo con los diseños contemporáneos de Muccia Prada. 
•Yves Saint Laurent: un cuerpo vanguardista y étnico. Las culturas ancestrales y las principales vanguardias del siglo XX como fuente de inspiración para crear el hippie chic y la moda étnica.  
• Gianni Versace: un cuerpo posmoderno y teatral. La exuberancia de los años ochenta y un profundo amor por el arte conjugados en magistrales diseños de vestuario y magníficos trajes de noche. 
• John Galliano: un cuerpo ecléctico y conceptualmente multicultural. La suma de todo y el mix perfecto al servicio de Dior durante 15 años.

YVES SAINT LAURENT

JOHN GALLIANO


VERSACE


Duración: 8 clases 
Horario: miércoles de 18 a 20 hs.
Lugar: Museo de la Mujer / Pasaje Rivarola 147 CABA
Informes e inscripción: andreacastro20@gmail.com